jueves, 5 de noviembre de 2015

«DE TU TIERRA (Antología de la poesía manchega entre dos siglos)»

Presentación  en la librería Rafael Alberti de Madrid del libro: De tu tierra (Antología de la poesía manchega entre dos siglos). Rafael Morales Barba y Ricardo Virtanen (Eds.). Editorial PRE-TEXTOS. Valencia 2015.


El cantautor Pablo Guerrero y el filólogo Fernando Yubero charlando a la entrada de la librería.





Anoche tuvo lugar, en la prestigiosa librería Rafael Albertila presentación de esta antología cuyos autores antologados son: José Corredor-Matheos, Félix Grande, Antonio Martínez Sarrión, Dionisio Cañas, Manuel Juliá, José Luis Morales, Pedro Antonio González Moreno, Beatriz Villacañas y Ángela Vallvey. 





El numeroso público asistente escuchó las intervenciones de Rafael Morales Barba y Ricardo Virtanen presentando la obra y explicando los criterios de selección y de agrupación.

Rafael Morales Barba y Ricardo Virtanen al inicio del acto.


El atento público desde los exteriores de la sala.
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Rafael Morales Barba durante su intervención.


Ricardo Virtanen durante su participación.


Tras la presentación de Rafael Morales Barba y Ricardo Virtanen, intervinieron algunos de los poetas antologados recitando sus poemas.

En primer lugar,  Pedro Antonio González Moreno.

Pedro Antonio González Moreno.



Pedro Antonio González Moreno recitando "Siempre hacia dentro".
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SIEMPRE CRECE HACIA DENTRO...

Siempre crece hacia dentro la memoria,
como una flor extraña
que renunciase al aire y que creciera
hacia el sueño inicial de sus raíces.

     Todo crece hacia dentro, hacia el abismo
donde sólo se escuchan, fantasmales, las voces
de todo lo que un día
fue nuestro, de ese reino
que lentamente fue desamueblándose.

     Ahora que ya todo se ha acabado cumpliendo
con la implacable precisión que tienen
a veces los presagios,
también crece hacia dentro
(hacia qué precipicios, hacia qué
nada oscura) el poema:
hacia un silencio último, donde sólo se escuche
el ruido de la luz sobre las cosas.

(Pedro Antonio González Moreno. Calendario de sombras, 2005)



En segundo lugar, habló  José Luis Morales.

José Luis Morales.


José Luis Morales recitando "Evocación de un hombre...".
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EVOCACIÓN DE UN HOMBRE SINGULAR,
FRENTE A LA FACHADA EN RUINAS DE SU CASA
(Padre)

Me duele este desastre permitido,
esta ruina anunciada tantas veces
y negada otras tantas. No se cae,
será un tirante suelto. No hay ceguera
mejor que no mirar. Te tengo dicho
que esta casa es eterna. Mas la esquina
del dormitorio principal Parece
una grieta sin más. está vencida
hacia afuera y caerá. Eso se tapa
con un poco de yeso y ni se nota.
Pero la casa entera está cediendo,
hundiéndose en sí misma como un pozo
seco que busca el agua. Con dos manos
de pintura se arregla. Las goteras
fueron más ese invierno, y tú pusiste
unos cubos debajo... En primavera
repasaré el tejado. Son los pájaros.
Pero los dos sabíamos que aquello
no era cuestión de pájaros. La casa
se abría por los cuatro Cuando vengas
me ayudarás. A veces, ¡ay!, costados.
me duele respirar. Serán los bronquios.
Paso mal los inviernos. Y tampoco
era el invierno, padre, sino el frío
de un corazón a punto Si pudiera
yo solo no esperaba. de abatirse
lo mismo que el tejado. Hace unos años
ya estaría arreglado. Hace unos años,
hace sólo unos años, te creías
casi inmortal. Tu madre no me deja
subirme ya al tejado. Porque madre
sabe que estás mayor Si la entretienes,
y no quiere perderte. en un instante
repongo yo las tejas Te asfixiabas
al hablar. que estén rotas. Y es que, padre,
tu corazón de toro Cuando vuelva
del hospital, los dos estaba herido
de muerte. en una tarde lo arreglamos.
Pero ya no hubo tiempo: lo primero
en ceder fue una viga, Mientras tanto
cuida tú de la casa luego el muro
del dormitorio sur ¡es tan hermosa
y se agrietó el dintel y hemos luchado
tanto por ella! y se venció la esquina
del dormitorio principal. Recuerda
que has de cortar la luz cuando te vayas.
Pero ya no hizo falta, padre, tú
perdiste la batalla por tu vida.
Y mientras madre y yo te sepultábamos,
se derrumbó la casa.

(José Luis Morales. El viento entre las ruinas, 2009)


Carmen Bermejo y José Luis Morales:


Carmen Bermejo y José Luis Morales recitando "Matriovska".
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Manuel Juliá fue el tercero en leer su obra.

Manuel Juliá.


Manuel Juliá durante la lectura de "Qué bien se está a esta hora...".
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QUÉ BIEN SE ESTÁ A ESTA HORA, CON LA CIUDAD VACÍA
     Nunca voy el uno de noviembre adonde viven mis muertos. No se si a lo mejor se molestan por ver, que entre tanta gente, falta uno principal de su familia. Espero que no, no deseo que piensen que ya no los quiero. Al contrario, por eso digo adonde viven, porque creo, como decía Cicerón, que la vida de los muertos está en la memoria de los vivos. Así que yo no dejo de pensar en mis muertos. Quiero que no se mueran del todo, y que sigan ahí, en algún profundo y oculto lugar de mis entrañas, que es como decir en algún oculto lugar de mi esperanza.
     Pero aunque los recuerde no me gusta visitarlos el uno de noviembre. Quizá porque pienso que tanto barullo les molesta. Porque quizá con tanto jaleo de niños y palanganas y con el rasgar de los estropajos en el mármol y con tanto trajín de flores y autobuses, de riadas humanas y de saludos conmilitones, igual se les rompe esa paz que tienen de siempre, esa serenidad de no ser
que descansa en los rostros que ya no respiran.
[...]
     A las seis la penúltima claridad, exangüe, de la tarde, muere en los mármoles. A las seis la luz se va como un suspiro sin labios, y mientras se aleja la gente, el ruido ha dejado una fotografía de momentos imposibles que se apaga y se enciende con el maldito clik del semáforo de la entrada, que ahora es el único sonido que queda sin morir, recordándoles la ausencia.
     Nunca voy el uno de noviembre adonde viven mis muertos. Sólo les pongo flores en mi mente, para que nunca me olviden.

(Manuel Juliá. Cuarenta latidos. 2009)


Y Beatriz Villacañas finalizó el acto.

Beatriz Villacañas..
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Beatriz Villacañas recitando "De liras por Dublín".
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DE LIRAS POR DUBLÍN

Dublín es como todo,
sólo un pretexto más de la existencia,
lo diré de otro modo,
que vivir es la ciencia
de no saber de nada y a conciencia.

Es una antología
tan personal como los ruidos viejos,
como una epifanía
que nunca da consejos,
con el presente Joyce siempre a lo lejos.

Yo me tomo unas liras
con todos los borrachos dublineses.
Muerte, sé que me miras
como a los feligreses
de los templos profanos irlandeses.

Que el pub es cosa seria,
de la sed sin fronteras es la casa,
es toda nuestra feria,
es todo lo que pasa,
es creer que la muerte se retrasa.

El amor, por su parte,

puede encontrarnos en cualquier postura,
quizá el amor es arte
de mestiza blancura.
Me gusta que el amor no tenga cura.

Porque si la tuviera
Dublín sería un diálogo mezquino,
no habría ciudad entera,
ni cerveza ni vino
que nos pusiera a hablar con el destino.

Ya lo dije hace mucho,
Dublín no es otra cosa que un relato
tan mío que lo escucho
cómo come en mi plato,
que la vida es muy larga y sólo un rato.

(Beatriz Villacañas. Dublín, 2001. Premio Primen Bienal Internacional de Poesía Eugenio de Nora 2000)


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